Ajustes en la lactancia materna para reducir despertares por gases
Estimados padres, los gases en los bebés lactantes son una preocupación frecuente que puede interrumpir su descanso y el vuestro. Según la OMS y la AAP (2022), hasta el 70% de los lactantes experimentan molestias por gases durante sus primeros meses. La buena noticia es que pequeños ajustes en la lactancia suelen ayudar significativamente.
Posibles causas
- Agarrre inadecuado durante la toma que provoque ingestión de aire
- Flujo de leche demasiado rápido que dificulta la coordinación succión-deglución
- Sensibilidad temporal a componentes de la dieta materna (en algunos casos)
Recomendaciones prácticas
- Mejorar el agarre: Asegurar que el bebé cubre con sus labios gran parte de la areola, no solo el pezón. La barbilla debe tocar el pecho y la nariz quedar despejada.
- Posición verticalizada: Amamantar en posición semi-sentada (como la postura de crianza biológica) para facilitar la digestión.
- Controlar el flujo rápido: Si hay exceso de leche inicial, extraer manualmente un poco antes de ofrecer el pecho para regular el ritmo.
- Rutina post-alimentación: Mantener al bebé en posición vertical 15-20 minutos tras cada toma y realizar suaves palmaditas en la espalda para favorecer la expulsión de gases.
- Observar la dieta materna: Si se sospecha sensibilidad, llevar un registro de alimentos. La AAP (2021) sugiere evaluar temporalmente productos lácteos o cafeína, siempre manteniendo una nutrición equilibrada.
¿Cuándo consultar al pediatra?
- ⚠️ Vómitos persistentes o en proyectil
- ⚠️ Heces con sangre o mucosidad excesiva
- ⚠️ Llanto inconsolable durante más de 3 horas
- ⚠️ Abdomen duro e inflamado con rechazo de tomas
- ⚠️ Falta de aumento de peso
Palabras finales
Recordad que los gases suelen mejorar notablemente hacia los 4-6 meses conforme madura el sistema digestivo. Cada ajuste que probáis demuestra vuestro increíble compromiso. Confiad en vuestra intuición parental y celebrad esos pequeños progresos. ¡Estáis haciendo un trabajo excepcional!
La información proporcionada tiene fines educativos y no sustituye el asesoramiento médico profesional. Si su hijo presenta síntomas graves como los mencionados anteriormente, consulte inmediatamente a un especialista en salud infantil.