¿Cómo proteger al bebé del frío durante el baño?
Bañar a tu bebé es un momento especial de conexión, pero el temor a que pase frío puede generar estrés. Como padres primerizos, es normal preocuparse por mantener su temperatura corporal. Los recién nacidos pierden calor más rápido que los adultos debido a su piel fina y menor grasa corporal. Con estas estrategias basadas en recomendaciones de la AAP (2023), podrás crear un ambiente seguro y cálido.
Preparación del ambiente
- Calienta la habitación a 24-26°C antes de comenzar, usando un calefactor sin corriente de aire directa hacia el bebé
- Prepara todos los elementos necesarios (toalla, ropa, pañal) dentro del mismo cuarto para evitar desplazamientos
- Llena la bañera con 5-7 cm de agua a 37-38°C, verificando con el codo o termómetro específico
Técnicas durante el baño
- Envuelve al bebé en una toalla fina y expón solo las zonas que estés lavando en ese momento
- Usa un gorro de baño para reducir la pérdida de calor por la cabeza, que representa hasta el 20% de la superficie corporal
- Mantén baños breves (5-8 minutos), apoyando siempre la cabeza y cuello con tu antebrazo
Secado y post-baño
- Saca al bebé colocando inmediatamente una toalla con capucha sobre cabeza y cuerpo
- Seca con toques suaves, prestando atención a pliegues de cuello, axilas e ingles
- Viste en capas: body de algodón, pijama térmico y calcetines, ajustando según la temperatura ambiente
Señales de alerta
- ⚠️ Temblores persistentes o coloración azulada en labios/uyas después de 10 minutos abrigado
- ⚠️ Temperatura rectal inferior a 36°C o superior a 38°C
- ⚠️ Letargo inusual o dificultad para despertar tras el baño
Conclusión
Cada baño es una oportunidad para fortalecer vuestro vínculo mientras proteges su bienestar. Con práctica, desarrollarás una rutina que combina eficacia y ternura. Recuerda que tu instinto parental es tu mejor guía - ¡celebra estos pequeños momentos de cuidado!
Este artículo proporciona información de carácter general y no reemplaza el asesoramiento médico profesional. Si tu bebé presenta alguna señal de alerta mencionada o problemas de salud, consulta inmediatamente a un pediatra cualificado.