¿Por qué mi niño de 18 meses no hace garabatos?
Queridos padres, observar el desarrollo de vuestro pequeño es una aventura fascinante. Si os preocupa que vuestro hijo de 18 meses aún no haga garabatos, es importante comprender que cada niño tiene su propio ritmo de crecimiento. Este artículo explora las posibles causas y ofrece sugerencias prácticas basadas en guías de la AAP (2020) y la OMS.
Posibles causas
- Variaciones individuales en el desarrollo: Algunos niños enfocan su energía primero en habilidades motoras gruesas (como caminar) antes que en destrezas finas.
- Falta de exposición o estímulo: Si el niño no ha tenido oportunidades regulares con lápices o crayones, puede mostrar menos interés inicial.
- Preferencia por otras formas de exploración: Muchos pequeños priorizan el juego físico o la manipulación de objetos tridimensionales en esta etapa.
Consejos para estimular en casa
- Ofrecer materiales adaptados: Proporcionad crayones gruesos y papel grande sobre superficies estables, permitiendo exploración supervisada diaria durante 5-10 minutos.
- Modelado participativo: Sentaros juntos y dibujad líneas simples con entusiasmo, convirtiéndolo en juego («¡Mira cómo la crayola baila!»).
- Refuerzo positivo: Celebrar cualquier intento de manipular herramientas («¡Qué bien sostienes el crayón!») sin presionar resultados.
Cuándo consultar a un profesional
- ⚠️ Si existe retraso significativo en múltiples áreas (no caminar, menos de 3 palabras, dificultad para sostener objetos)
- ⚠️ Ausencia de interés por cualquier tipo de juego interactivo o imitación a los 22 meses
- ⚠️ Pérdida de habilidades previamente adquiridas
Palabras finales
Recordad que los hitos del desarrollo son guías, no calendarios rígidos. La mayoría de los niños descubren el placer del garabateo entre los 14 y 22 meses según la AAP. Celebrad cada pequeño progreso, confiad en vuestra intuición parental y disfrutad este viaje único. ¡Vuestra paciencia y amor son los mejores nutrientes para su crecimiento!
Este artículo ofrece información general según recomendaciones de la OMS y AAP (2020). No sustituye el consejo médico profesional; ante cualquier señal de alerta o duda sobre el desarrollo de su hijo, consulte inmediatamente a un pediatra cualificado.