¿Qué hacer si mi hijo retiene las heces?
Ver a tu hijo evitar ir al baño puede ser preocupante. Muchos niños pasan por etapas de retención de heces, generalmente vinculadas al aprendizaje del control intestinal. Como padres, es normal sentirse inseguro, pero con paciencia y las estrategias adecuadas, esta situación suele mejorar. Aquí te ofrecemos orientación basada en recomendaciones de la AAP (2021) y OMS.
Posibles causas
- Dolor previo al defecar: Una experiencia dolorosa (como heces duras o fisuras anales) puede crear miedo al baño.
- Transiciones en el desarrollo: El entrenamiento para ir al baño o cambios en rutinas (inicio escolar) pueden generar ansiedad.
- Factores dietéticos: Bajo consumo de fibra, líquidos insuficientes o intolerancias alimentarias no diagnosticadas.
Consejos prácticos en casa
- Ofrece alimentos ricos en fibra: Frutas como peras o ciruelas, verduras y cereales integrales ayudan a ablandar las heces.
- Mantén una hidratación adecuada: Agua o infusiones suaves a lo largo del día favorecen la motilidad intestinal.
- Establece rutinas de baño: Invita a tu hijo a sentarse en el inodoro 5-10 minutos tras las comidas, sin presiones.
- Masajes abdominales: Realiza suaves movimientos circulares en el abdomen en sentido horario para estimular el tránsito.
- Refuerzo positivo: Celebra los intentos aunque no haya deposición, evitando castigos o comentarios negativos.
¿Cuándo consultar al pediatra?
- ⚠️ Dolor abdominal intenso o vómitos persistentes
- ⚠️ Sangre en las heces o hinchazón abdominal marcada
- ⚠️ Ausencia de deposiciones por más de 3 días acompañada de malestar
- ⚠️ Pérdida de peso o fiebre inexplicable
Palabras finales
La retención de heces es un desafío común que requiere comprensión y constancia. Recuerda que cada niño tiene su ritmo y pequeños avances son grandes logros. Confía en tu instinto parental y busca apoyo profesional cuando lo necesites. ¡Estás haciendo un trabajo maravilloso acompañando a tu pequeño en este proceso!
Este artículo ofrece información general con fines educativos según las pautas de la OMS y AAP (2020-2023), pero no sustituye el criterio médico profesional. Si tu hijo presenta alguno de los síntomas mencionados o cambios preocupantes en su salud, consulta inmediatamente a un pediatra o servicio de salud calificado.