¿Qué hacer si hay regresión en el control de esfínteres?
Estimados padres, la regresión en el control de esfínteres es una situación común que genera preocupación, pero suele ser temporal. Según la AAP (2022), hasta el 20% de los niños experimentan retrocesos durante el proceso. Respiren profundo: esto no refleja un fracaso en la crianza, sino una respuesta natural a cambios en su desarrollo.
Posibles causas
- Factores emocionales: Eventos estresantes como el inicio de la guardería, nacimiento de un hermano o cambios familiares pueden desencadenar retrocesos.
- Transiciones físicas: Enfermedades leves (como resfriados), estreñimiento o alteraciones del sueño afectan la capacidad de control.
- Presión inadvertida: Expectativas desajustadas o castigos por accidentes pueden crear ansiedad en el niño.
Consejos prácticos para el hogar
- Mantener la calma y evitar regaños. Frases como "No pasa nada, la próxima vez llegaremos al baño" refuerzan positivamente.
- Reestablecer rutinas con recordatorios amables cada 2-3 horas y elogios por los intentos exitosos.
- Ofrecer líquidos adecuados según la edad y verificar que la ropa sea fácil de quitar para promover la autonomía.
- Utilizar cuentos infantiles sobre el control de esfínteres para normalizar el proceso de forma lúdica.
¿Cuándo consultar al pediatra?
- ⚠️ Si aparecen síntomas al orinar o defecar: dolor intenso, fiebre asociada o sangre en orina/heces
- ⚠️ Pérdida de peso, fatiga extrema o cambios significativos en el estado de ánimo
- ⚠️ Cuando la regresión persiste más de 4 semanas sin mejoría con estrategias básicas
Palabras finales
Cada niño tiene su propio ritmo de aprendizaje. La OMS recuerda que los retrocesos son oportunidades para fortalecer vínculos con paciencia y empatía. Celebren los pequeños avances y confíen en la capacidad de su hijo para superar esta fase. ¡Ustedes son el mejor apoyo en este viaje!
La información proporcionada en este artículo tiene fines educativos únicamente y no sustituye el asesoramiento médico profesional. Siempre consulte a un pediatra o profesional de salud calificado ante cualquier síntoma de alerta o preocupación sobre el desarrollo de su hijo.