Por qué el sangrado postparto varía entre parto vaginal y cesárea
Queridos nuevos padres, el sangrado posparto (loquios) es una parte natural de la recuperación, pero puede generar dudas cuando se compara entre parto vaginal y cesárea. Comprender estas diferencias os ayudará a afrontar esta etapa con mayor tranquilidad y a reconocer cuándo todo evoluciona normalmente.
Principales causas de las diferencias
- Proceso de contracción uterina: Tras el parto vaginal, el útero suele contraerse con mayor eficiencia para cerrar vasos sanguíneos, mientras que en cesáreas la intervención quirúrgica puede afectar temporalmente esta capacidad.
- Extracción manual de la placenta: Durante las cesáreas, los médicos retiran la placenta manualmente, lo que puede provocar una limpieza más completa inicialmente pero también mayor irritación endometrial.
- Cicatrización de tejidos: La herida quirúrgica en la cesárea requiere que el cuerpo destine recursos adicionales a su reparación, modificando ligeramente el flujo y composición de los loquios.
Cuidados en el hogar
- Utilizad compresas posparto especiales durante las primeras semanas, cambiándolas cada 3-4 horas.
- Realizad descansos regulares en posición horizontal para aliviar la presión en la zona pélvica o abdominal.
- Mantened una hidratación adecuada (agua, infusiones sin cafeína) y alimentación rica en hierro para favorecer la recuperación.
Cuándo buscar atención médica
- ⚠️ Hemorragia que empapa más de una compresa por hora durante dos horas consecutivas
- ⚠️ Coágulos mayores que una pelota de golf
- ⚠️ Fiebre superior a 38°C o secreción con mal olor
- ⚠️ Mareos intensos, palpitaciones o dificultad para respirar
Palabras finales
Cada cuerpo y cada nacimiento son únicos. Mientras que el sangrado tras parto vaginal suele durar 2-4 semanas, en cesáreas puede prolongarse hasta 6 semanas con patrones variables. Confiad en vuestra capacidad de recuperación y celebrad cada pequeño progreso. Recordad que esta fase, aunque intensa, es temporal. ¡Sois más fuertes de lo que imagináis!
Este artículo proporciona información general que no sustituye el consejo médico profesional. Si experimentas signos de alarma como hemorragia abundante o fiebre, consulta inmediatamente a tu matrona o ginecólogo.